¿Cuántas puertas dejamos sin abrir por miedo a equivocarnos?

Por el miedo a ser nosotros mismos, a intentar no cambiar, a seguir como siempre. Cuesta menos sonreir a que te pregunten qué te pasa. A que te digan que has cambiado, que no eres la misma persona. Pero a mi el qué dirán hace mucho que no me importa... Sí, he cambiado en eso. Simplemente soy yo misma siempre, siendo egoísta en los justos aspectos. Prefiero tener el don de criticarme a mi misma a dar la oportunidad a otras personas de hacerlo por mí. No me da verguenza llorar con una peli, emocionarme con unas simples palabras, llorar de risa, reir hasta doler y odiar mi modo de reirme... Me da igual. Me gusta, no, me encanta dar consejos aunque sea la primera que no se los aplica, al menos me siento útil, siento que si doy consejos es porque la gente confía en mi. Y eso si que me encanta. Por eso me creo lo de que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Porque aunque estés encerrado en cualquier sitio, siempre tendrás algo a mano que te ayudará a salir. Algo o alguien que te ayude a dar un primer paso, un segundo, un tercero... Y cuando menos te lo esperes ya estarás fuera por ti mismo, con pequeños empujones.

Siempre con la sonrisa puesta.

Sonreír vale la pena,no voy a dejar que los problemas me amargen..Voy a sacar esa felicidad que llevo dentro,y voy a disfrutar. Voy a hacer como si todo fuera mas fácil,voy a mirar los problemas con otra cara,e intentar superaros de la mejor manera posible.. voy a ser feliz,y no voy a dejar que NADA ni NADIE cambie mi sonrisa,porque es mi momento,asi que,me voy a poner delante de los demas y voy a demostrar que puedo ser feliz.