Tambien aprendí que el tiempo lo cura todo y que por mucho que nos hundamos siempre seguimos.

Hoy es de esos días en que estás sentada en cualquier sitio y empiezas a recordar todos los momentos bonitos de tu vida, hasta hace poco me encantaban los días así, de recuerdos felices, de abrazos, caricias, susurros, besos, me encantaba saber que un día había reventado los límites de la felicidad, que me daba igual  lo que el mundo pensará sobre mí. Hace unos meses esos días de recuerdos son todos los días, ya se han convertido en una rutina, la diferencia es que ahora odio estos días, en todos los momentos felices aparece él, con su sonrisa, con sus labios, pero entonces me doy cuenta de que los momentos más felices de mi vida ya no se volverán a repetir. Eso de luchar se me quedo demasiado grande, yo no puedo ser tan fuerte.